Sensaciones Lumínicas

La iluminación es necesaria para ver, pero paradójicamente un exceso de luz, mala selección o disposición de esta pueden causar sensaciones de malestar, así como alterar la percepción de los objetos o espacios, ya que la la luz incide claramente en la forma que tenemos de percepción, por lo que nos produce diferentes sensaciones. Las sensaciones que captamos a través de un espacio arquitectónico están ligados a la psicología, de como percibimos estos y de las sensaciones que nos pueden generar, tanto como positivas y agradables así como negativas y desagradables, por lo cual es de suma importancia al momento de concebir un proyecto diseñar la iluminación de este, ya que la luz es uno de los factores que más influye a la hora de crear una atmósfera, esta permite jugar con la percepción del volumen, los materiales, los colores, y así mismo permite crear o cambiar espacios, por lo cual es importante entender como a través de la iluminación podemos generar distintas sensaciones espaciales, como lo son:
Espacios: Distribución uniforme con alguna iluminación perimetral.

Intima: Bajos niveles de iluminación en los espacios activos con zonas más iluminadas en la periferia y más oscuras entre ambas. Tensa: Iluminación directa no uniforme desde arriba. Relajada: Distribución no uniforme con alguna iluminación perimetral y menos iluminación desde arriba. Placentera: Iluminación no uniforme con una combinación de iluminación perimetral desde arriba. Destacada: Iluminación intensa y uniforme sobre el plano horizontal de tarea con menor iluminación perimetral.
Para poder crear estas sensaciones espaciales es indispensable conocer los tipos de iluminación que podemos usar así como la clasificación de la luz por propagación y la temperatura del color (color de la luz).

Clasificación de la luz por propagación:
Iluminación Directa:
Se produce cuando el flujo de luz se dirige directamente sobre la zona a iluminar sin ningún difusor o complemento, lo que permite obtener aproximadamente un 100% de la luz generada. Con el uso de luz directa se producen sombras intensas por lo cual los contrastes entre luz y sombras deben estar armonizados o calculados para no provocar un efecto negativo.
Iluminación Indirecta:
El 100% de la luz generada se dirige hacia el techo y se distribuye luego en el ambiente por refracción. Se utilizan complementos cerrados con una única vía de salida que apuntan hacia el techo o la pared sin difusor. Con el uso de la luz indirecta se obtienen espacios agradables con una luz bastante suave la cual no genera sombras.
Iluminación Semi-Directa:
Es una iluminación similar a la directa con la diferencia de que en este caso si se utilizan difusores o complementos traslúcidos los cuales generan opacidad, lo que permite obtener entre un 10% a 40% de la luz generada sobre la zona que se quiere iluminar. Con el uso de luz semidirecta las sombras que se generan no son fuertes y la posibilidad de deslumbramiento es menor
Iluminación Difusa o Mixta:
El 50 % de la luz se dirige difusa hacia el techo, y de allí es reflejada, y el otro 50 % se dirige
difusa hacia la zona a iluminar, el cual envía el flujo de luz a todo el espacio pero difuminado. Con el uso de luz difusa se genera una iluminación muy suave y agradable en el espacio, esta no produce sombra.
Temperatura de Color:
Las fuentes de luz tienen diferentes temperaturas de color, estas se miden en grados Kelvin (K) y hacen referencia a las distintas tonalidades las cuales varían entre los tonos cálidos a fríos, lo cual las hace útiles en diferentes situaciones para crear ambientes adecuados. Por lo tanto, se debe considerar cuidadosamente qué temperatura de color utilizar antes de instalar una fuente de luz en un espacio de trabajo, vivienda o comercial. La elección de una temperatura de color adecuada tiene una gran influencia en nosotros y en nuestro estado de ánimo, ya que si, por ejemplo, una persona está expuesta a la luz
cálida en su lugar de trabajo, es probable que su eficiencia laboral disminuya porque la luz cálida podría sentirse más relajada que la luz blanca.

Luz Cálida: (Temperaturas de color entre 1500K a 3700K) .

Equivale a la luz que producían las bombillas incandescentes y los focos halógenos. Es ideal cuando se quieren crear ambientes cálidos, acogedores y confortables con baja luminosidad como por ejemplo casas (habitaciones, sala, comedor), hoteles, restaurantes, tiendas, entre otros.
Luz Neutra: (Temperaturas de color entre 3800K y 4500K)

Es la luz que más se asemeja a la luz natural, se usa la mayoría del tiempo en lugares que requieren de iluminación funcional como por ejemplo centros educacionales, oficinas, centros residenciales, lugares de trabajo en general, de igual forma se puede instalar en cualquier entorno que no requiera del matiz específico que puedan aportar la luz cálida como la fría.
Luz Fría: (Temperaturas de color de 4600K a 7000K).

Equivale a la luz de un día muy soleado o nublado. Una de las ventajas de la luz fría es que a la misma intensidad aporta una mayor cantidad de lumens lo que genera una percepción mayor de luminosidad. Es una luz muy recomendada para pescaderías y joyerías. Respecto a viviendas, es habitual encontrarlo en cocinas y baños.

El iluminar NO es hacer ver las cosas, es CÓMO hacerlas ver.